¿Por qué será que hay tantas redes de fast food? ¿Por qué la comida de microondas es tan popular? Es porque no nos gusta esperar.

Si tu quieres una comida rápida, puedes ir a un drive-thru de McDonlad’s y comprar una “cajita feliz”, pero si quieres un banquete, sabes que tienes que esperar un poco más. Grandes comidas no son preparadas de un momento a otro, sin importar lo que digan los comerciales de TV. Nunca vi a alguien colocando una comida en el microondas pensando que quedaría mejor que cocinarla en el horno o en una olla de barro. Usamos el microondas cuando queremos comer rápido y el horno cuando queremos comer bien.

Los planes y promesas de Dios no son comidas de microondas. Dios prepara lentamente Sus planes y a Su pueblo, extrayendo de ellos lo mejor. Es más que seguro que Dios te hará esperar porque Él tiene lo mejor para ti. Él nunca se atrasa y, difícilmente, se apresura. Aún así, puedo garantizarte que cuando el plan de Dios es hacerte esperar, Él hará que valga la pena.

Al estudiar la vida de David, vemos que gran parte de ella se la pasó esperando. Tuvo que esperar más o menos quince años desde que fue ungido por Samuel hasta volverse rey de Judá y más otros siete años para ser ungido rey de todo Israel. Eso significa que él esperó más de veinte años para ser rey.

Debemos ver que la promesa que Dios hizo a Israel y a David llevó mucho tiempo para ser cumplida. David se convirtió en rey de Israel después de una considerable demora y mucha adversidad. Ese es el tema de 1 Samuel 16:1 a 2 Samuel 5:5. Ese período en la vida de David puede ser resumido en dos palabras: tiempo y problema.

La demora para que David se convierta el rey de Israel no es anormal, sino que es la forma que Dios usa para cumplir Sus promesas. Dios no tiene prisa. Él tiene todo el tiempo del mundo. En realidad, Dios es mayor que el tiempo y ciertamente no se limita a el. En toda la Biblia vemos a Dios prometiendo a los hombres cosas por las cuales necesitaron esperar:

1. Dios prometió un hijo a Abraham y a Sarai, pero tuvieron que esperar 25 años para tenerlo.

2. Dios prometió un diluvio para Moisés, pero eso demoró muchísimo para que aconteciera.

3. Dios hizo esperar 7 años a Jacob para tener la esposa que él quería.

4. José tuvo que esperar un tiempo considerable para ver a sus hermanos y su familia, y no pudo volver para su tierra hasta después de su muerte (sus huesos fueron llevados a la tierra prometida).

5. Los israelitas tuvieron que esperar 430 años en Egipto antes de volver para la tierra
prometida.

6. El escritor de Hebreos nos cuentan que todos los santos del Antiguo Testamento tuvieron que esperar por nosotros (los gentiles) antes de poder ver el reino prometido (Hebreos 11:39:40).

7. Durante 2.000 años los santos han esperado el regreso de nuestro Señor y Su reino.

Esperar hace parte del designio divino. La espera no es un accidente, sino un propósito.

También, muchas personas fracasan en la fe y en la obediencia a Dios mientras esperan: esperar es una forma de adversidad, una prueba para nuestra fe y perseverancia.

“Pues, ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteado, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis esto ciertamente es aprobado delante de Dios.” (1 Pedro 2:20)

Muchos de los errores en la Biblia están relacionados con la espera. Podemos percibirlos desde el principio con Adán y Eva. Si vemos atentamente la historia de la caída del hombre, veremos la tentación de tomar un atajo para alcanzar algo que el Señor estaba preparando para ellos. El conocimiento del bien y del mal en sí, no era el problema. Si Adán y Eva iban a volverse “como Dios” conocedores del bien y del mal, ¿cómo, pues, eso podría ser algo malo? ¿Es malo ser como Dios? ¿No es eso lo que Dios está haciendo con nosotros, conformarnos a la imagen de Cristo (Romanos 8:29)? ¿No seremos “como Él” cuando le veamos “tal cual como Él es” (1 Juan 3:2)? ¿David no fue elogiado por “conocer el bien y el mal” (2 Samuel 14:17)? Salomón oró pidiendo sabiduría para discernir entre “el bien y el mal” (1 Reyes 3:9). Los cristianos, por medio de la obediencia a la Palabra de Dios,“tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5:14). Vemos que Dios quería que Adán y Eva tuvieran ese conocimiento, pero no por el camino fácil y rápido de tomar a escondidas el fruto prohibido. No estaba equivocado querer conocer el bien y el mal, pero sí conocerlo de una forma que Dios había prohibido. Creo que Dios tenía una forma mejor y más lenta de hacerlo, pero ellos prefirieron el atajo. Ellos no quisieron esperar en el Señor para obtener ese conocimiento.

Abraham y Sara tenían que esperar por su hijo prometido y, por lo menos, una de sus fallas fue en el área de la paciencia, de esperar a Dios y en el cumplimiento de Su promesa. ¿No fue por eso que Abraham dice que Eliezer, el damasceno, era su heredero (Génesis 15:2)? ¿No fue por eso que Abraham aprobó el consejo de Sara para tener su descendiente prometido por medio de su sierva Agar? (Génesis 16:1-2).

Según a lo escrito en Éxodo 32, los israelitas pecaron al hacer el becerro de oro. ¿Eso no ocurrió porque ellos rechazaron esperar 40 días por la vuelta de Moisés del Monte Sinaí?

¿El pecado en 1 Samuel 13 no fue porque Saúl no quiso esperar por Samuel?

¿No estaban los discípulos de nuestro Señor preguntando siempre por la venida de Su reino e intentando apresarla?

La iglesia en Corinto tenía muchos problemas, uno de ellos era la espera. Ellos no podían esperar que Dios haga Su justicia y por eso se llevaban unos a los otros al tribunal (1 Corintios 6).

No es para admirarnos que el Señor dedicó mucho tiempo y atención enseñando a Sus discípulos cómo comportarse hasta Su venida:

“Vosotros, pues, también estad preparados porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá. Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les de su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. Mas si aquel siervo dijere en su corazón: mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su Señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, mucho se le pedirá.”

-Lucas 12:40-48

Satanás muchas veces ataca intentando sacar provecho de la demora divina. Él intenta tranquilizar la mente del incrédulo mostrando que la demora divina es una prueba que Dios no sabe, o no se importa cuando pecamos:

“Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padre durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.” -2 Pedro 3:1-4

Satanás procura minar la fe y la obediencia de los hijos de Dios engañándolos con respecto del amor divino siempre que Dios demora en atendernos. Creo que fue eso que Satanás hizo con Adán y Eva en el jardín del Edén. Creo también que ese fue el objetivo principal de la tentación de nuestro Señor Jesús en el inicio de Su ministerio terreno. Satanás dijo al Señor: “OK, sé que eres el Rey de Dios. Aún así, en vez de negarte a Ti mismo (obedeciendo a Dios y quedándote 40 días y 40 noches sin comer) , ¿porqué no te sirves? ¿Porqué no comer ahora? ¿Porqué entrar a Tu reino con tanto sufrimiento? ¿Porqué no me adoras y Te doy un reino ahora mismo?” ¿No es así como Satanás piensa y acciona?

Mientras esperamos, Satanás nos hace pensar que las promesas de Dios jamás serán cumplidas. Él busca llevarnos a actuar independientemente de Dios, consiguiendo las cosas por nosotros mismos, en vez de esperar que el Señor nos las dé. Satanás busca levantar dudas sobre el amor de Dios, como si Dios estuviera reteniendo algo de nosotros sólo por ser mezquino. Satanás trabaja promoviendo la desconfianza en Dios, principalmente, en Su Palabra. El nos lleva a desobedecer a Dios y a seguir nuestro propio juicio. Nos incita a aprovechar las ocasiones y a usar medios cuestionables para obtener lo que deseamos.

El tiempo de espera en el Señor es un tiempo en el que debemos tener nuestra fe elevada al límite y nuestra intimidad con Dios reforzada. ¿Han percibido que muchos Salmos fueron escritos en tiempos de espera? La pregunta “¿hasta cuando?” se la encuentra varias veces en los Salmos – “espera en el Señor”. El autor de la mayoría de esos Salmos de espera fue David. Esperar en el Señor es bueno para nosotros. Esperar nos ayuda a desenvolver la paciencia y la tolerancia; hace que ejercitemos nuestra fe en las promesas de Dios y que actuemos con base a Su Palabra, no en lo que vemos o pensamos. Esperar hace con que tengamos más apetito por las cosas maravillosas que Dios tiene reservado para nosotros. Esperar requiere que neguemos los deseos carnales y dejar de lado el deseo de gratificación inmediata por el medio más fácil. Esperar en el Señor es una manera de “tomar la cruz y seguirlo”.

El tiempo de espera en el Señor también puede ser aplicado a la pureza sexual. Hoy en día hay muchas conversaciones sobre “sexo seguro” y muy poco sobre abstinencia. Eso ocurre porque esperar por los placeres del sexo conyugal es un tabú. La virginidad es despreciada como si fuese una maldición y no como un regalo que un cónyuge ofrece al otro. Esperar en el Señor por las alegrías de los placeres del sexo conyugal aumentan cuando Dios las da. Lo que deseo dejar en claro es que la pureza sexual requiere de esperar, y esperar es algo que una buena parte de la vida cristiana requiere. No debemos considerar este asunto como algo que Dios cruelmente retiene de nosotros, pero sí como un regalo excelente al cual estamos dispuestos a esperar en el Señor para poder disfrutar plenamente y sin culpa.

Aún podemos ver que hay algunos tiempos de espera que no son cristianos. Muchas veces tenemos tendencia a esperar cuando deberíamos trabajar y trabajar cuando deberíamos esperar. No debemos esperar para hacer aquello que el Señor nos ordena hacer. La espera que agrada a Dios consiste en esperar por Sus promesas, las cuales nosotros mismos no podríamos cumplirlas actuando con incredulidad y desobediencia a Su Palabra.

Esperar no es, necesariamente, una época de pasividad. ¿Ya pensó en lo que las personas hacen mientras esperan? Algunas no hacen absolutamente nada. Hay cosas constructivas que uno puede hacer mientras espera. David esperó durante 20 años para reinar sobre todo Israel, mas esa fue una época bastante ocupada de su vida. Él hizo mucho más que huir para salvarse: él liberó al pueblo de Keila (1 Samuel 23:1-5), e hizo cosas buenas para el pueblo de Judá (1 Samuel 30:26-31). Una de las cosas que podemos hacer mientras esperamos es alabar a Dios y orar como David y otras personas hicieron en los salmos. Aunque no podamos hacer aquello que nos gusta, podemos hacer aquello que Dios nos da la oportunidad de hacer en cuanto esperamos en Él por el cumplimiento de Sus promesas y de Sus propósito.

Esperar es una parte significativa en la vida de cada uno de nosotros. Todos esperamos por una porción de cosas en este preciso momento:

1. Cuando somos jóvenes esperamos para crecer y disfrutar de los derechos, privilegios y responsabilidades de la vida adulta. Rebeliones en la adolescencia y sexo antes del matrimonio son tentativas de tomar un camino más corto que muchas veces terminan causando un corto circuito.

2. Algunos matrimonios esperan para tener hijos. La mayoría de los padres tienen que esperar, como mínimo, 9 meses para tener un hijo, otros mucho más.

3. Muchas personas esperan reconocimiento y recompensa por su trabajo, mientras que otras toman atajos para ser promovidas.

4. Casi todos los cristianos pasan por algún tipo de dolor o de sufrimiento en el que tienen que esperar por liberación.

5. Todos los cristianos esperan por la salvación de sus seres queridos, amigos o pariente.

6. Todos nosotros estamos esperando para que el Señor mude a alguien a quien amamos o que es cercano a nosotros.

7. Todos nosotros esperamos por la venida del Señor y de Su Reino.

8. Por más raro que parezca, una parte de los cristianos esperan por la muerte. Hay algunos que no podrán esperar por los tiempos del Señor y escogerán el suicidio como medio para aliviar su dolor. Todos conocemos situaciones en las cuales deseamos que el Señor “nos lleve” o “los lleve”, pero Dios nos dice para esperar.

Aprendamos como David, que esperar es una parte normal de la vida cristiana. Seremos tentados a acortar la espera, pero ceder sería pecado. Muchas veces las personas nos quieren ayudar a tomar un atajo, aún así debemos decidir de corazón ser como David y esperar en el Señor por el cumplimiento de Sus propósitos y de Sus promesas a Su tiempo. Tengamos certeza que mientras esperamos, Dios está esperando por nosotros, preparándonos para las cosas maravillosas que están en nuestra frente. No dudemos que las veremos y dediquémonos a crecer en vida y a servir al Señor mientras esperamos, no de manos atadas y sí fortaleciendo nuestra fe.

“Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.” -Salmos 27:14

“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son para las que Dios ha preparado para los que le aman.” -1 Corintios 2:9